¿Qué necesitas saber sobre la disfunción eréctil?

La disfunción eréctil o impotencia sexual es una patología más común de lo que se cree. Es importante destacar que todos los hombres pueden, en algún momento de su vida, llegar a tener problemas para lograr una erección, sobre todo causado por estrés, cansancio, si están bajo los efectos del alcohol y/o drogas o si sufren alguna enfermedad grave.

Sin embargo, a pesar de ser algo frecuente, es un tema tabú entre los hombres y, a veces, cuesta reconocer que lo padecen y, por lo tanto, acudir al especialista en Urología. No obstante, si no es tratada a tiempo, la disfunción eréctil puede llegar a afectar el día a día del paciente, las relaciones con su pareja, la familia e incluso el entorno laboral y/o social.

Pero resolvamos algunas dudas a continuación, para conocer cómo tratarla y solucionarla a tiempo.

¿Qué es exactamente la disfunción eréctil?

Con disfunción eréctil nos referimos a la incapacidad persistente para conseguir y mantener una erección el tiempo suficiente como para llevar a cabo una relación sexual satisfactoria. No es algo puntual sino que se repite durante un periodo de tiempo que suele ser de mínimo 3 meses. Es importante que se haga un diagnóstico diferencial, descartando otros problemas sexuales como falta de deseo sexual o alteraciones en la eyaculación (eyaculación retrasada y/o ausencia de ella, o eyaculación prematura).

Es importante acudir al especialista cuando se aprecia la persistencia del problema. No solo es un problema de salud sexual sino que, en algunos casos, puede ser síntoma de otras enfermedades no diagnosticadas todavía, tales como enfermedades metabólicas o cardiovasculares. Por eso es importante acudir al médico y explicarle el problema. En algunos casos el tratamiento de una enfermedad no diagnosticada es suficiente para detener la disfunción eréctil. En otros casos quizás se requiere de tratamiento directo.

¿Cómo se manifiesta la disfunción eréctil?

Existen unos síntomas característicos de disfunción eréctil:

  • Dificultad para llegar a la erección y mantenerla
  • Disminución de la fuerza y duración de la erección, siendo esta más débil o menos rígida.
  • Menos frecuencia de erecciones matutinas, que son el sistema natural del cuerpo para regenerar los tejidos del pene.
  • Pérdida de erección al cambiar de postura sexual. Si hay excitación no debería perderse al cambiar de postura.
  • Llegar al clímax antes de haberse producido una completa erección.
¿Qué tipos de disfunción eréctil existen?

La disfunción eréctil puede ser de distintos tipos, según la causa que la está originando:

  • Disfunción eréctil orgánica o vascular. Es la más habitual, sobre todo en hombres de edad avanzada. Ocurre cuando el pene no puede acumular la sangre necesaria para provocar la erección. Afecta a las arterias y/o venas del pene (endurecimiento de las arterias o arterioesclerosis). Los factores de riesgo pueden ser: colesterol alto, presión sanguínea alta, diabetes, enfermedades cardíacas, sobrepeso, no hacer ejercicio o fumar. Todos estos factores pueden causar trastornos vasculares que hagan difícil la erección.
  • Disfunción eréctil hormonal. Está causada por un déficit de testosterona, normalmente, pero también puede estar provocada por otras anomalías hormonales, el abuso de esteroides (fisioculturistas), alteraciones de la hormona tiroidea o las hormonas empleadas para tratar el cáncer de próstata, que pueden provocar impotencia.
  • Disfunción eréctil por medicamentos. Está causada por ciertos medicamentos empleados para tratar algunas enfermedades como la hipertensión. También los antidepresivos o ansiolíticos, así como los agentes quimioterapéuticos contra el cáncer pueden provocarla.
  • Disfunción eréctil neurológica. En este caso la disfunción eréctil se produce por una interrupción en la transferencia de mensajes desde el cerebro al pene, al haber una lesión en los nervios implicados. Esto ocurre en las lesiones de médula espinal o esclerosis múltiple y, en algunos casos, tras cirugías en la pelvis.
  • Disfunción eréctil psicológica. No hay ningún factor físico ni orgánico que cause la disfunción. Sin embargo, sí intervienen factores psicológicos que impiden que el hombre pueda tener una erección normal y efectiva. Algunas enfermedades como la ansiedad, la depresión o incluso altos niveles de estrés pueden ser una de las causas. Asimismo, las preocupaciones extremas, la inapetencia, la fatiga o el insomnio también pueden trastocar y desequilibrar los reflejos sexuales.
Factores de riesgo para desarrollar disfunción eréctil

Existen algunos factores de riesgo que pueden influir en la disfunción eréctil:

  • Enfermedades cardíacas y diabetes, sobre todo.
  • Edad: según el hombre envejece, es posible que tenga problemas de erección, tarde más tiempo en conseguirla y/o mantenerla.
  • Obesidad y/o sobrepeso.
  • Lesiones en las arterias o nervios que controlan las erecciones.
  • Algunos tratamientos, como la cirugía de próstata o la radioterapia.
  • Algunos medicamentos que producen disfunción eréctil como efecto secundario. Suelen ser medicamentos para la presión arterial alta, enfermedades de próstata o el dolor, así como los antihistamínicos, ansiolíticos o antidepresivos.
  • Consumo de drogas y alcohol.
  • Fumar. El consumo de tabaco a largo tiempo limita el flujo sanguíneo a las venas y arterias, e incluso puede provocar enfermedades crónicas que causan disfunción eréctil.
  • Trastornos psicológicos, tales como depresión, estrés o ansiedad.
¿Cómo diagnosticar una disfunción eréctil?

Para obtener un diagnóstico adecuado es esencial acudir al médico y que el paciente se someta a revisiones periódicas con el especialista. Este podrá evaluar los síntomas e historial, y diagnosticar el problema, para aplicar le tratamiento más adecuado en cada caso.

La valoración médica incluirá una historia sobre la ingesta por parte del paciente de alcohol, tabaco o fármacos, así como si padece diabetes o hipertensión, entre otras patologías. También se hará una exploración externa de los genitales para descartar que tenga bandas fibrosas y una valoración de signos de enfermedades hormonales, neurológicas o vasculares. Por otra parte, también habrá una evaluación psicológica para descartar factores involucrados en la erección (depresión, estrés o ansiedad).

¿Cómo combatir la disfunción eréctil?

Existen una serie de recomendaciones para sobrellevar y combatir la disfunción eréctil:

  • Llevar una dieta sana y equilibrada, y evitar las grasas saturadas. Las frutas y verduras favorecen el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
  • Mantenerse activo y hacer ejercicio físico, evitando el sedentarismo. Esto ayuda a mejorar la circulación sanguínea y regeneración celular, así como a activar y regular la testosterona.
  • Dormir mínimo 8 horas y evitar el estrés, para que el sistema nervioso y los procesos químicos del cerebro funcionen correctamente.
  • Llevar un estilo de vida saludable, evitando consumo de alcohol, tabaco y drogas.
  • Mantener relaciones sexuales, ya que esto ayuda a mantener activo el mecanismo de erección.
  • No tomar medicamentos sin control médico, ya que algunos pueden tener efectos secundarios que afectan a la capacidad de conseguir y mantener las erecciones.
  • Ante síntomas de disfunción eréctil se recomienda acudir al especialista siempre.