

HIPERTROFIA PROSTÁTICA BENIGNA
a hiperplasia prostática benigna, también llamada «agrandamiento de la glándula prostática», es una afección frecuente a medida que los hombres envejecen. El agrandamiento de la glándula prostática puede provocar síntomas urinarios molestos, como el bloqueo del flujo de orina de la vejiga. También puede provocar problemas de vejiga, vías urinarias o riñón.
Existen varios tratamientos eficaces para el agrandamiento de la glándula prostática, entre ellos, medicamentos, terapias mínimamente invasivas y cirugía. Para elegir la mejor opción, tú y tu médico considerarán los síntomas, el tamaño de la próstata, otros trastornos de salud que puedas tener y tus preferencias
Síntomas
En las personas con agrandamiento de próstata, la gravedad de los síntomas varía, pero tienden a empeorar gradualmente con el tiempo. Algunos signos y síntomas frecuentes de la hiperplasia prostática benigna son los siguientes:
- Necesidad de orinar frecuentemente o con urgencia
- Aumento de la frecuencia de la orina por la noche (nicturia)
- Dificultad para comenzar a orinar
- Flujo de orina débil o que se detiene y vuelve a comenzar
- Goteo después de orinar
- Imposibilidad de vaciar la vejiga por completo
Los signos y síntomas menos frecuentes comprenden los siguientes:
- Infección urinaria
- Imposibilidad de orinar
- Sangre en la orina
El tamaño de la próstata no determina necesariamente la gravedad de los síntomas. Algunos hombres con agrandamiento leve de la próstata pueden tener síntomas importantes, en tanto que otros hombres con mayor agrandamiento de la próstata pueden tener solo síntomas leves.
En algunos casos, los síntomas se estabilizan con el tiempo e incluso pueden mejorar.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo del agrandamiento de la glándula prostática son los siguientes:
- Envejecimiento. Es poco frecuente que el agrandamiento de la glándula prostática cause signos y síntomas en hombres menores de 40 años. Aproximadamente un tercio de los hombres experimentan síntomas de moderados a intensos a los 60 años, y aproximadamente la mitad lo hacen a los 80 años.
- Antecedentes familiares. Tener un pariente consanguíneo, como un padre o un hermano, con problemas de próstata significa que es más probable que tengas problemas.
- Diabetes y enfermedad cardíaca. Los estudios demuestran que la diabetes, así como la enfermedad cardíaca y el uso de betabloqueantes, podrían aumentar el riesgo de hiperplasia prostática benigna.
- Estilo de vida. La obesidad aumenta el riesgo de hiperplasia prostática benigna, mientras que el ejercicio puede reducirlo.